Enseñar derecho siempre incluye hacer política
Hay profesores de derecho, cualquiera fuera la materia, que enseñan convencidos de que el objeto de sus enseñanzas es absolutamente imparcial y desprovisto de cualquier ideología política. Enseñan las normas de leyes y códigos, con una asepsia digna de un quirófano. Obviamente no hacen contacto con la realidad donde esas normas se aplican. Algo de ello ocurría en aquellas clases de derecho constitucional o de derecho político, cuando en plena dictadura militar nos enseñaban como funcionaba el orden constitucional, los partidos políticos, la ley electoral y otras instituciones que habían caído bajo el Estatuto del proceso de reorganización nacional, que no tenía límites temporales sino objetivos por cumplir! Esa enseñanza jurídica en realidad se ocupa de reproducir las jerarquías sociales, que se sostienen a partir de las desigualdades de clase, raza y género. Quienes reciben las enseñanzas de esos profesores, lamentablemente de jóvenes idealistas que ingresaron a la Universidad, al final de la carrera seguramente terminaran siendo esmerados abogados cuyo único interés es ganar dinero trabajando en importantes estudios que funcionan como empresas. Obviamente no es mi estilo, y quienes me conocen saben que con todas mis limitaciones, trato de cumplir con lo que aprendí alguna vez de quien fuera un gran maestro en aquellas clases de filosofía del derecho el profesor Werner Goldschmidt. El derecho no es sólo la norma dictada por el legislador, sino también es la realidad de lo que realmente rige en la sociedad mediante las interpretaciones de los jueces, y también es derecho los valores que contiene. Esas tres dimensiones permiten que concluyamos en que el derecho es siempre una herramienta del poder, que nace desde el mismo poder, y que viene a limitarlo en su propio ejercicio. Como que se vuelve sobre sí mismo. Es entonces una herramienta política, no hay dudas. Entonces, cómo enseñar derecho procesal penal en esta hora actual sin hacer referencias al comportamiento de un Juez como Bonadío, que claramente utiliza sus facultades para tratar de destruir la imagen de quien les guste o no, con sus defectos y virtudes, fue la presidente del anterior gobierno y recibió el apoyo mayoritario del pueblo que la votó y la consideró su lider. Cómo enseñar procesal penal, sin advertir que los aspectos ideológicos que caracterizan el sistema acusatorio, que responden a la democracia y a la República, son diariamente atacados por quienes acusandonos de "garantistas" se quejan del poder de los Fiscales y añoran el poderío autoritario del juez de instrucción aplicando un derecho penal que solamente se ocupa de los pobres que pueblan las cárceles. Cómo enseñar procesal penal en estos días, sin denunciar el caso de Milagros Sala, que evidencia como se utiliza a la prisión preventiva como un adelanto de una pena que todavía no se ha dictado! Como enseñar procesal penal, sin hacer referencias al caso Nisman, donde se evidencia la tendenciosa actitud de una parte querellante que a toda costa quiere sostener un homicidio, cuando todos los informes periciales indican que no hubo otra persona en la escena donde tuvo lugar el disparo que le causó la muerte, por lo que es evidente el suicidio. Tanto tiempo para investigar un hecho que no es delito??? Entonces, los docentes de derecho procesal penal, si queremos no ser hipócritas, si estamos persuadidos de que nuestra función en la Universidad es cumplir con el Estado de Derecho, lo que supone la defensa de los derechos humanos, de las garantías constitucionales, si pensamos que la política necesita del derecho, es obvio que cuando lo enseñamos, sin necesidad de bajar línea partidaria, legítimamente la estamos haciendo todos los días en nuestras clases. Hoy en Santa Fe, ya tenemos un modelo procedimental según Constitución, aunque perfectible pero indudablemente superior a cualquier otro de los que rigen en el país e incluso en muchos otros países. Es preciso defenderlo, sostenerlo, frente al ataque de sus enemigos, que obviamente pertenecen a la cultura inquisitiva, que añoran los procedimientos escritos, secretos, donde el poder penal se ejercía sin ningún control de la defensa, donde se condenaba a las personas, sin que nunca hubieran hablado con un abogado antes de prestar declaración. Hoy eso pertenece al pasado, reciente pero pasado. No lo olvidemos, para no retroceder.
Coincido Victor. Y me parece imprescindible que, ante tanto bombardeo mediático y tanta "farandularización" de la noticia (a veces manipulando la información con una clara intencionalidad; otras veces hablando del tema periodistas sin ningún tipo de formación al respecto), el mundo académico tome un rol activo y salga a dar el debate necesario, como lo haces en este blog. Saludos! Juan Ignacio
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ResponderBorrarProfesor, estoy de acuerdo con su opinión, hoy en día las noticias acerca de hechos trascendentes están muy manipuladas por los medios de comunicación, esto lleva a que la sociedad muchas veces tome por ciertas cuestiones que no los son, o critiquen medidas que por la falta de formación son correctas. Hay que dejar esta cultura inquisitiva que muchos tienen, y darnos cuenta que muchas veces la solución está en poder adoptar medidas que resuelvan el conflicto, y que no necesariamente es la aplicación de una pena. No tenemos que permitir que se siga con el abuso de poder por parte del estado y lograr que se respeten así las garantías, derechos y defensas que nuestra Constitución Nacional nos ofrece a todos.
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